jueves, 21 de julio de 2011

Zipolite -desopilante-.

parecería ser que no era cierto, pero en verdad lo era, era esa playa la playa más desopilante que a uno pudiera ocurrírsele. estoy hablando de Zipolite, claro  está, ja, si alguien me lo hubiera dicho habría pensado que era todo una mentira o una criminal idea de algún borracho trasnochado que se cansó de ver la serie Camino al cielo con Michael Landon o como fuera que el chavo ese se llamara. para ser más explícito y por demás confiado, les voy a contar la historia de esa playa encantada. porque si de verdad les dijera quienes viven ahí, probablemente no me lo creerían, porque apenas a mí me costaba creerlo, incluso en el instante mismo en que los veía y no podía salir de mi asombro.
llegué a Zipolite por recomendación de una francesa borracha que conocí en Tulum la primera noche que me tocó vivir en México fuera de un bus; una francesa que volví a cruzarme en San Cristóbal e incluso en el DF. Clemence es su nombre pero en este momento la historia es otra. porque llegué a Zipolite proveniente de Puerto Escondido, en donde la noche anterior había estado platicando con el borracho número uno de México que me contaba que había vivido en casi todo el país pero que había elegido vivir en ese lugar porque podía escuchar las olas y su vaivén 24 horas al día a pesar de la sordera que le provocaban el mezcal, el tequila, la cerveza y, en menor medida, la vida.
hacía calor cuando llegué a Zipolite, sí, hacía mucho calor, como en Mazunte o Puerto Ángel, hacía calor y me bajé de la chata que me acercó hasta ahí y caminé hasta la principal calle de asfalto y caminé sus escasas cuadras como si estuviera en Canoa, pero no, Zipolite es mucho más pequeña, y caminé y examiné las posadas que ahí estaban y me estoy cayendo del sueño y no sé por qué mierda hay tantos mosquitos -o quizás sea solo uno que está pasado de vueltas-. caminé la calle con la mochila y las gotas de sudor que me acompañaban y vi una posada que se llamaba "A nice place on the beach" y me pareció que estaba más que bien pero seguí caminando para ver si encontraba otra mejor pero resultó ser que no, así que volví al lindo lugar en la playa, entré y me acerqué a la barra del bar con cara de: necesito una habitación. esta Bohemia está más perfumá que una dama antigua. bueno, entonces se me acercó una señorita con pinta de mexicana y no llegó a hablarme porque una otra chica, sin pinta de mexicana y con unos ojos más celestes que el mar le dijo que ella se encargaba. la miré con furia, como si de verdad hubiera querido arrancarle los ojos, y creo que algo nerviosa se puso porque me llevó a una habitación equivocada. para hacerla corta, era gringa, de ojos hermosos y la novia del dueño, así que eso fué todo. habitación privada con dos camas dobles -una para mi y la otra para mis cosas- a $ 100 mexicanos la noche -venía pagando ese precio por habitaciones compartidas-, a escasos pasos del mar con hamacas y reposeras y sombra y el paraíso que me hacía cosquillas.
me fui a comer algo -pollo- y a caminar por la playa y me crucé con el bañero -con bigotes y una remera de la azzurra- y me ofreció algo pa fumar, yo le dije que gracias pero que no fumaba y entonces me preguntó de dónde era y le dije que de Argentina, y me dijo, ah, Argentina, está perdiendo 3 a cero con Nigeria y se cagó de risa y me dijo boludo pero era súper buena onda y me dijo que cualquier cosa le avisara, entonces seguí caminando, me fui hasta el final de la playa y volví y a la vuelta me encuentro con el bañero, otra vez, que otra vez me ofrece ganja y le digo que no gracias pero esta vez le pregunto si tiene alguna otra cosa. sí, me dice, que tiene hongos y mescalina y le pregunto qué es la mescalina y me dice que es polvo de peyote o peyote en polvo, no me acuerdo, y yo me había quedado con las ganas de comer hongos en Palenque antes del palazo, así que le dije que quería hongos, pero me dijo que los hongos no estaban frescos, que venían en miel y que así perdían un poco el efecto, que las dos costaban los mismo pero que me recomendaba la mescalina. ¿qué hace?, le pregunté, y ¿cómo se toma?, bueno, me dijo, te da energía, y si vas a estar tomando algo, te comes un poco de tanto en tanto; ok, le digo, ¿cómo hacemos?, me das $ 100 ahora y $ 100 cuando te la doy, allá, ves la casilla del bañero, espérame ahí en una hora. a huevo, wey.
me caigo del sueño; ahorita me vendría bien un poco de mescalina...

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